MUROS

Construimos muros a nuestro alrededor para salvaguardarnos, buscando un sitio en el que todo transite en calma, un lugar aparentemente cómodo y seguro en el que nos volvemos presos de nuestros miedos. Me he observado con cautela y he prestado atención a conversaciones a primera impresión absurdas, en las que he descubierto con cierto temor que la vida ha pasado frente a mí. El miedo muchas veces me paralizó y elegí ser cobarde, me encerré en mi “caja de cartón” concibiéndola como un espacio acogedor, en el qué contradictoriamente me he sentido aprisionada.

 

Eduardo Galeano decía: “Habitamos un mundo gobernado por el miedo….El miedo amenaza. Si usted ama tendrá sida. Si fuma tendrá cáncer. Si respira tendrá contaminación. Si bebe tendrá accidentes. Si come tendrá colesterol. Si habla tendrá desempleo. Si camina tendrá violencia. Si piensa tendrá angustia. Si duda tendrá locura. Si siente tendrá soledad”. El miedo es una emoción que surgió para salvarnos del peligro, pero en muchos casos se convierte en un riesgo mayor y quizás vivimos con miedo, lo que paulatinamente nos lleva a dejar de vivir realmente.

 

El cuerpo habla, manifiesta todo aquello que consciente o inconscientemente silenciamos, por eso pretendo a través de las posturas en las que se encuentran los bailarines contemporáneos, hablar de estas sensaciones, ¿Cómo se siente estar dentro de una caja?, ¿Quizás nos sentimos apacibles, sosegados, inquietos, incómodos, solitarios, absortos, perdidos?. Una caja de cartón que nos habla de la fragilidad del ser humano y de su entorno. Muros representados por una frágil caja de cartón que fácilmente podríamos romperla, pero no nos atrevemos a hacerlo.